Una nueva visión sobre la Innovación
Adoptando un enfoque responsable

26 de abril de 2021

Todo el mundo tiene algo que decir sobre la Innovación. Es un tema que provoca mucho debate y tiene toda la razón de ser, porque la innovación es asunto de todos.

Algunos creen que la innovación es una poción mágica que puede resolver cualquier problemática. Algunos dicen que es una amenaza real y un peligro para la humanidad con riesgos inminentes de uberización. Nada de esto es realmente cierto, y al mismo tiempo, tampoco es completamente falso.

Para tratar de dar sentido a todo esto, vamos a dar un paso atrás de los estándares habituales. Si la mayoría de la gente se conforma con ideas preconcebidas sobre innovación y se entrega sin entusiasmo a las banalidades habituales de este fenómeno, es porque es extremadamente difícil imaginar o materializar algo que aún no ha ocurrido. Así que básicamente estamos apreciando un “mañana futurista” a través del conocimiento que tenemos hoy. Y si lo que tenemos hoy es algo que no queremos dejar pasar, no es de extrañar que nos sintamos profundamente atrapados por un sistema cuyo modus operandi, por naturaleza, es convertir en obsoletas todas las cosas tan pronto como salen a la superficie. Y, sin embargo, tenemos que aceptar y adoptar la innovación, porque entender la innovación significa estar preparados para el futuro.

El enfoque: una nueva mentalidad

¿Y si dejamos de preocuparnos y empezamos a fijarnos en la evolución del mundo en el que vivimos con más entusiasmo y con una mentalidad completamente nueva, pero sin ser presos de modas y tendencias que también pueden acompañar a ese cambio? Por supuesto, tal vez no queramos aceptar la innovación y prefiramos seguir con lo que tenemos. Pero el cambio, por definición, es disruptivo: altera el orden, las certezas, los hábitos, etc. Sin embargo, hoy en día el cambio es inevitable y está sucediendo con o sin nosotros. Por lo tanto, para que toda esta movilidad y cambio permanente no sea una experiencia desalentadora, es necesaria una opinión diferente sobre la innovación. Debido a que no podemos revertir el cambio que ya está en marcha, lo único que definitivamente podemos cambiar es la forma en que miramos las cosas.

En resumen, adoptar una versión completamente nueva de la innovación. En un mundo en el que, tarde o temprano, todo se verá afectado por la implacable dinámica de innovación, todavía hay algo que nunca cambiará. Por irónico que parezca, el cambio se ha convertido en la única constante en el mundo actual. Además, es el símbolo de permanencia y continuidad. El cambio, considerado como un factor de estabilidad, es reconfortante. Visto de esta manera, el cambio y la innovación no tienen por qué equipararse con el rechazo y la preocupación.

En todo caso, la innovación es lo que genera nuestra confianza tanto en el futuro como en el presente. La innovación puede fascinar e intrigar, pero hay una cosa segura: hay “un después” y “un antes”. Pero esperamos que “después” sea mejor que “antes”. Esto puede reflejar toda la filosofía detrás de la innovación: su contribución al progreso, pero también los riesgos y peligros que podría generar. Porque la innovación no es automáticamente un buen augurio para un mejor nivel de vida. Este es el riesgo señalado por personas como Bill Gates, Stephen Hawking o Elon Musk y realmente no podemos sospechar que sean tecnofóbicos. Aquí es donde la idea de responsabilidad adquiere todo su significado con respecto a la innovación: medir el progreso de la innovación en cada paso del camino, no solo en términos de maximización o eficiencia de los beneficios, sino también, y al mismo tiempo, en términos de progreso humano, ecológico y civilizado. Cualquier innovación tiene que estar orientada hacia la mejora de todas las áreas. Un esfuerzo que requiere, sobre todo, que demos el paso. ¡Así que vamos a dar el paso! Y nunca olvidemos, como dijo Séneca, ” No nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles, pero son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas”.

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