Despertar a los datos durmientes para extraer todo su valor

29 de marzo de 2024

Artículo publicado en el sitio de noticias francés informatiquenews.fr por Jürgen Klein, Platform Lead Data & Analytics de Prodware.

La aparición de una nueva generación de herramientas de análisis y gestión de datos permite a las organizaciones descubrir, predecir y medir el impacto de cualquier cosa que se les presente con mayor detalle. Sin embargo, estas herramientas y metodologías no se aprovechan al máximo de su capacidad, debido por lo general a una gobernanza deficiente, una infrautilización de los datos y una cultura de datos inadecuada, destaca Jürgen Klein, Platform Lead Data & Analytics en Prodware.

Esta observación se ve reforzada por el hecho de que la mayoría de las organizaciones utilizan los datos de forma compartimentada, apoyándose en iniciativas aisladas llevadas a cabo por equipos reacios a compartir, y no necesariamente beneficiándose de un apoyo interno unánime. Peor aún, estos datos a menudo se encuentran dispersos en diferentes archivos que rara vez se actualizan.

Los datos o la bella durmiente

Dos situaciones caracterizan negativamente el uso de los datos. El primero recurre a un proceso de toma de decisiones todavía basado en el instinto de ciertos decisores cuya experiencia, aunque sea innegable, puede estar desfasada. En el segundo, los equipos toman decisiones y luego buscan datos para respaldarlas, lo que evita que se explote todo su potencial. Estas dos situaciones crean una gran desventaja competitiva frente a las organizaciones que regularmente descubren palancas de crecimiento a través del cruce de datos.

Por ejemplo, veamos una empresa que realiza su análisis de ingresos desglosando las cifras por ventas por cliente, área geográfica y período utilizando una plantilla de informe. Este enfoque, aunque relevante, no permite una mirada y apreciación más profunda de los datos. Una empresa no puede medir, por ejemplo, el impacto de otro tipo  de datos en las ventas, como el coste de las materias primas, los comentarios de los clientes sobre nuevos productos en  publicaciones de redes sociales, los precios de  la competencia, el tráfico de su web, noticias económicas, etc.

 Netflix: un excelente ejemplo

Esa necesidad de tener siempre que establecer relaciones causales o determinar una tendencia entre conjuntos de datos es muy específica de las empresas conocidas como organizaciones de tipo “depredador”. Este es el caso de Netflix, que recopila y analiza conjuntos de datos sin procesar en función de las preferencias del usuario: sus búsquedas anteriores, sus hábitos, elecciones, calificaciones, tiempo de visualización, etc. Los datos recopilados de esta manera contribuyen, por lo tanto, a crear un círculo virtuoso (“Efectos de red de datos”).

Lo que esto significa es que cuanta más información recopile Netflix y haga más referencias cruzadas de datos sobre sus clientes, mejor podrá ajustar su oferta y atender mejor su demanda con todos los datos disponibles. Además, el procesamiento de todos estos conjuntos de datos permite el desarrollo de nuevos productos (segmentación profunda), esquemas de mantenimiento predictivo o nuevos modelos comerciales (desde la venta de productos hasta la venta de servicios basados en productos), etc.

Los datos, la madre de todas las virtudes

“La cultura se come la estrategia en el desayuno”. Eesta cita de Peter Drucker implica que si las personas no participan en la estrategia de datos, estará condenada al fracaso. De hecho, querer cruzar referencias de diferentes conjuntos de datos puede causar un desequilibrio entre la visión de los datos de la dirección  y la realidad de lo que sucede en el día a día.

Dicho esto, no existe una solución milagrosa, ya que cada organización es única, pero hay varias formas en que se pueden gestionar mejor los datos. Generalmente, un modelo de procesamiento de datos virtuoso requiere que, para empezar, todos hablen el mismo idioma y que haya una explicación clara sobre de dónde provienen los datos y cómo se van a utilizar dentro de la organización. También se deben tomar diferentes medidas para garantizar la disponibilidad y accesibilidad de los datos (democratización de datos), la trazabilidad y la calidad de los mismos. Finalmente, todos deben comprender que debemos desentrañar el potencial oculto de los datos de negocio,  así como  compartirlos.

Los directores  no solo debe dotarse de los recursos técnicos para permitir el cruce de datos, sino también adoptar un enfoque holístico, respaldar diferentes iniciativas, incluso si fallan al principio, y garantizar que la cultura de datos se entienda y se comparta de manera uniforme en todos los departamentos de la organización. . Al mismo tiempo, se debe combatir la idea de que los datos necesariamente deben pertenecer a un determinado grupo, entidad o usuarios de herramientas.

“Los números son seres frágiles. Si los torturas lo suficiente, confesarán cualquier cosa”, dijo Alfredo Sauvy. Esta cita se aplica perfectamente a los datos. Sin un enfoque completo de gestión de datos, no puedes esperar obtener datos analíticos avanzados. La minuciosidad requerida debe construirse paso a paso con todas las partes interesadas.

El cruce de datos es un acelerador innegable que agrega valor no solo a las organizaciones sino a la sociedad en su conjunto. No sorprende que las economías más avanzadas, como Estados Unidos, ya se hayan embarcado en un plan de acción plurianual que promueve arquitecturas de intercambio de datos y mecanismos de gobernanza. La UE ha presentado un plan de acción similar llamado Ley de Datos en 2022. Las nuevas reglas harán que una mayor cantidad de datos esté disponibles para su reutilización y se espera que generen 270.000 millones de euros de PIB adicional para 2028. La Ley de Datos aborda los aspectos legales, económicos, y problemas técnicos que conducen a la infrautilización de los datos.

El interés de cruzar datos para extraer valor de ellos cobra aún más sentido si entendemos que los datos son en sí mismos el punto de convergencia donde la cultura y la economía se unen. En esto, los datos operan una recomposición que define nuevos límites al ofrecer una nueva lectura del mundo que ofrece múltiples interpretaciones. Así, se convierten en el material (o el instrumento) de un ejercicio de poder. Como siempre ocurre con el poder, se puede usar bien o mal. Todo depende de quién lo haga y cómo.

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