Diferencias entre first-party y third-party cookies

Para que un sitio web sea eficaz, debe saber cuándo lo visitan los usuarios y qué hacen en él.

Es relativamente fácil para los sitios web rastrear dónde van los visitantes en la web utilizando cookies de origen (first-party cookies): son archivos de texto que han sido colocados directamente por el propio sitio en el dispositivo del usuario. Permiten conocer mejor lo que hacen los usuarios en la web y mejorar la usabilidad del sitio.

El equivalente físico de una cookie de origen es el vendedor que te ve entrar en la tienda y recuerda lo que compraste y estuviste mirando la última vez. Obviamente las cookies son algo más sofisticadas, algo así como si el vendedor estuviese apuntando lo que haces en una libreta desde que entras hasta que sales. La clave en estas cookies de origen es que tu información la tiene solo la tienda que visitas, y solo se refiere a las visitas a esa tienda.

Sin embargo, las cookies de terceros (third-party cookies) no son tan fáciles de rastrear. Estos archivos de texto han sido colocados por un sitio web externo durante la sesión de navegación y se pueden utilizar para registrar los detalles de las páginas visitadas, transacciones de comercio electrónico, los productos que se compraron en esas páginas…Plantean un desafío mayor en lo relativo a la privacidad porque agregan información de múltiples sitios y el usuario no sabe dónde van sus datos, ya que no se almacenan en un solo lugar.

Las cookies de terceros son archivos de texto que han sido colocados en el dispositivo por sitios web distintos del que se está visitando en ese momento.

Extendiendo el ejemplo de la tienda y el vendedor, es como si cada vez que sales a la calle te siguiesen varios individuos sin que tú lo sepas, cada uno con su libreta. No sabes quiénes son, pero van apuntando en su libreta lo que haces por la calle y las tiendas que visitas. Tampoco sabes dónde va la información que recopilan (spoiler-alert: sospecha de los anuncios online). Así son las cookies de terceros y por eso son tan problemáticas.

El principal problema de estas cookies es que son muy intrusivas, muy poco transparentes y provocan el rechazo de sentirse observado, por lo que desaparecerán en 2024.
Los profesionales del marketing y la publicidad disponemos de alrededor de un año para explorar las alternativas y prepararnos para los cambios que traerá la desaparición de las cookies de terceros. ¿Has hecho ya tus planes?

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